Para encontrar la primera bodega más antigua de la historia nos tenemos que trasladar a Armenia. Según los expertos es allí donde se encuentran los primeros restos del pigmento vegetal procedente del vino tinto, prensas, tanques de almacenamiento, vasos, pieles y semillas.
Hace más de seis mil años en las montañas de lo que hoy conocemos como Armenia y Georgia, vivía una civilización que bebía vino ceremonial cuando realizaba el ritual del enterramiento. El lugar donde lo almacenaban era una cueva, perfecta para conservar por más tiempo ese vino especial, en las condiciones de humedad y temperatura más adecuadas. Sin embargo, para el día a día tenían lagares más grandes donde dejaban reposar el zumo de uva.
El proceso de producción del vino en esa época era similar a la actualidad. Los antiguos viticultores pisaban la uva con los pies, lo trasladaban a una tina donde fermentaba y el líquido resultante lo trasladaban a recipientes de barro para dejarlo reposar en la bodega.
En la bodega más antigua del mundo se encontró un recipiente de arcilla que tenía una capacidad entre 52 y 54 litros, además de un barreño de arcilla de un metro cuadrado y 15 cm de profundidad que utilizarán para depositar el zumo de uva.